domingo, 12 de junio de 2011

"LAUREADO" MARTÍNEZ SMART


107 AÑOS DE UN CULTIVADOR DE TERNURA
"LAUREADO" MARTÍNEZ SMART

Por Manuel Acosta Ojeda.

"En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad."

Arthur Schopenhauer, filósofo alemán.

A partir de 1957, se me hizo costumbre asistir en las noches al diario "La Crónica" a ver a mi amigo, el periodista "Nico" Cisneros. Llegaban también personajes inolvidables como: Márquez Talledo, Nicolás Wetzell, Adrián Flores, Abelardo Núñez, entre otros. Una de esas noches, terminando el año 58, apareció un señor de anteojos, de piel morena, de pelo crespo y de mediana estatura, "Nico" nos presentó; era Laureano Martínez, prestigioso músico y dueño de una de las únicas cuatro editoras musicales que existían en la pequeña Lima de ese entonces, la Editora Martínez; que quedaba en la calle Gallinazos, hoy tercera cuadra del jirón Puno.

Mi obra musical no contaba con la aprobación de algunos músicos tradicionalistas, pues no era muy "criolla". Quedé gratamente sorprendido al saber que a este buen pianista, seguidor de la línea de Pinglo, le agradaran mis melodías. Desde ese día fuimos: Tío y Sobrino.

Nació el 4 de julio de 1903 en los Barrios Altos. Su padre era peruano, José Martínez Esquivel, quien tocaba la bandurria y su madre doña Juana Rosa Smart, chilena. Fue jockey, linotipista, siendo su primer instrumento la guitarra. Se casó con doña Marina Navarro en 1928, a quien dedica como si fuera una oración su valse: "Compañera mía, santa mujercita siempre bondadosa, que en mis horas tristes y en mis alegrías fuiste cariñosa; quiero que reacciones al horrible mal que hoy tanto te agobia y vuelva a sonreír tu carita hermosa..." su plegaría hizo efecto, pues su esposa se recuperó de la enfermedad.

Sus primeros valses en letra y música conocidos son: "Invoco tu nombre", "Oh Amelia", "Hace tiempo" y en el año 37 hizo "Lima de antaño", en respuesta a la ofensa del entonces alcalde de Miraflores, Eduardo Villena Rey, contra la canción criolla de Lima, quien le dijo que hiciera boleros y tangos y no huachaferías criollas. "La canción de Lima que pasó, hay que hacerla recordar, hay que hacerla renacer, en nuestro ser. No es posible olvidar tu belleza musical, la que siempre cantaré..."

Laureano tenía su orquesta "Aleluya Jazz" desde el año 39 hasta aproximadamente el 49, año en que viaja a la ciudad de Buenos Aires junto con Jorge Huirse, para presentarse con los hermanos Prado y Armando Paredes en radio "El Mundo".

Sigue siendo una interrogante, cuándo es que empieza a musicalizar los bellos versos de su coetáneo Juan Sixto Prieto Rodríguez, el primero sería el valse "El Provinciano" donde demuestra su talento musical, alinjertar melodías andinas al valse criollo, para reforzar la identidad cordillerana del tema. Este talento lo muestra en toda la obra que comparte con don Juan Sixto, aplicando la apropiada melodía a cada verso, para hacer de estos dos, una unidad. Para Laureano, la palabra es el elemento primordial, subordina la música a las características particulares de las frases gramaticales, respetando los acentos naturales de las palabras y adaptándose al ritmo natural del lenguaje.

Esta virtud de nuestro personaje permite, hasta ahora, emocionarnos al escuchar, por ejemplo:

"Quisiera que volvieran los días de mi infancia, para vivir alegre y sin preocupaciones".

Amargura, Fatalidad, Destino, Cholo y la polca Cholita demuestran nuestra aseveración.

También musicalizó en ritmo de valse los versos de Esmeralda Gonzales Castro, "Serafina Quinteras", titulados "Decepción".

Tras una penosa enfermedad falleció el 17 de enero de 1964, después de haber permanecido en el Hospital Edgardo Rebagliati.

El escritor Ricardo Walter Stubb, autor de "La Pampa y la Puna", le recitó en vida el poema hecho en su honor "Treno Poético".

"Laureano Martínez, flor del criollismo"

Tomado de la Revista Variedades del diario El Peruano.

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